
Al parecer, Britney Spears no podrá evitar otro escándalo asociado a los hechos de hace 10 años. Recientemente se supo que la intérprete va a entablar una demanda contra su exproductor Sam Lutfi, con quien colaboró en 2007-2008. Recordemos que este período fue uno de los más difíciles en la vida de un favorito nacional. Estaba pasando por un divorcio de su esposo, luchó por la custodia de sus dos hijos, entre otras cosas, los padres de Spears le dieron la espalda. Fue en ese momento que conoció a Lutfi y él le ofreció sus servicios. Además, no se limitaron únicamente a cuestiones laborales: según Britney, Sam le ha ofrecido repetidamente diversas sustancias ilegales como remedio universal para la depresión.
Vale la pena señalar que en su libro autobiográfico, Through the Storm, la madre de la cantante, Lynn Spears, acusa abiertamente al ex productor de su hija de ser quien drogó a Britney.
Por cierto, hace unos años, el cantante ya se había reunido con el productor en el juzgado. Es cierto que Britney actuó en el papel de una acusada: según Lutfi, el artista le debía una suma bastante grande por ayudar a Spears a llevar sus asuntos durante casi dos años. Pero como no existía un contrato oficial entre él y la celebridad, sino solo acuerdos verbales de que la cantante le daría el 10% de sus regalías, el productor no pudo aportar pruebas suficientes, por lo que se cerró el caso.
